by Harvy Cruz Girón - Master Project Manager / Master Information Systems Security
En febrero de 2003 Marc Benioff, un desconocido practicante del budismo y director de una también entonces desconocida firma llamada Salesforce.com, anunció en un concierto benéfico, en el que participaba el definitivamente conocido David Bowie, su entonces novedosa visión sobre "La Independencia del Software".
Religión, música, tecnología, y dinero fueron una combinación inusual para un mensaje donde la tecnología que presentaba Benioff realmente prescindía en sí del software. Los clientes podrían acceder a los servicios de Salesforce.com utilizando sólo un navegador web, lo cual les ahorraría miles de dólares y la incomodidad de administrar y mantener costosos servidores y complicadas redes de computadores personales, a fin de utilizar un sofisticado programa multiusuario de gestión de relaciones con el cliente, comúnmente conocido como CRM (Customer Relationship Management). Para finales de ese mismo año 2003, más de 6300 clientes en 110 países ya estaban utilizando el nuevo producto, lo cual generó alrededor de 52 millones de dólares para la empresa de Benioff.
La independencia del software y su nuevo concepto, The Cloud -La Nube, hacían su formal debut en este evento cultural de Nueva York, y Benioff predecía que "El internet marcaría la muerte del modelo industrial de software tradicional"
Si usted es un escéptico como yo, seguramente argumentaría que Benioff no es un líder en innovación sino un sobreviviente casi solitario, de la crisis de las puntocom (1997-2001). Fué durante este boom que miles de empresas lanzaron servicios de aplicación en línea (ASP) pero finalmente muy pocas tuvieron éxito. La razón: La tecnología disponible en aquel entonces hacía extremadamente difícil asegurar un servicio de software resiliente y con calidad. Pero como ya sabemos, esto no sería por mucho tiempo.
Debemos dar mérito de que la idea propuesta por Benioff y otros no era tan descabellada como sonaba. La historia nos demuestra que toda tecnología tiene un proceso de maduración, y es durante ese proceso que comienzan a desarrollarse diversas opciones para ofrecer a los clientes alternativas de cómo obtener dicha tecnología. Recordemos como en los primeros tiempos de la electricidad JP Morgan contrata a Edison para construir sus propios generadores. Por contraste, hoy día cualquiera puede obtener su energía de la red pública.
Una mejor manera o el fin de un círculo perverso
Después de muchos años trabajando como consultor en tecnología y como ejecutivo para empresas grandes, medianas y pequeñas, pertenecientes al Fortune 500 o no, local y globalmente, honestamente reconozco que cuando se trata de software empresarial, existe un modelo de mercadeo -un circulo económico, casi perverso. El software que es en su esencia un servicio digital, es vendido como un bien de producción. Es decir, los clientes tienen que pagar enormes sumas de dinero por adelantado, soportar casi todo el riesgo de que la aplicación no funcione como fue prometido, quedando atrapados en sofisticados contratos de soporte/mantenimiento, y con generalmente muy pocas posibilidades de cambiar de proveedor.
Mientras, las compañías desarrolladoras de software gastan a manos llenas en complejos sistemas de mercadeo y distribución, en lugar de enfocarse en desarrollar mejor software, de mejor calidad y que funcione, y que sea fácil de mantener y usar. La situación no se ve mejorar cuando observamos el desenvolvimiento de estas corporaciones en la bolsa de valores.
En el mercado de la tecnología muchas veces ser el primero es una gran ventaja, puesto que altera las expectativas de los especuladores bursátiles quiénes invierten grandes sumas en rubros tecnológicos… esto permite que los vendedores de software se vean tentados en poner en circulación programas aún en estado de prueba, releases one - versiones 1 plagadas de errores y fallas (recordemos a Oracle y Microsoft con sus lanzamientos prematuros).
Debido a esto no es especulación decir que toda empresa de software es una inversión riesgosa, ya que estas empresas a efecto de causar impacto en el mercado deben crecer más rápidamente que el promedio (ejemplo apple) a fin de justificar sus relativamente altas cotizaciones en la bolsa, aún cuando esto signifique vender más licencias de programas de los que sus clientes necesitan, o productos que están en fases beta avanzada.
Debido a esto no es especulación decir que toda empresa de software es una inversión riesgosa, ya que estas empresas a efecto de causar impacto en el mercado deben crecer más rápidamente que el promedio (ejemplo apple) a fin de justificar sus relativamente altas cotizaciones en la bolsa, aún cuando esto signifique vender más licencias de programas de los que sus clientes necesitan, o productos que están en fases beta avanzada.
Aquí es cuando encontramos una de las peculiaridades insanas de la industria del software: “El Software de estantería”; Un término se aplica a todas aquellas licencias que son distribuidas o “vendidas” pero que nunca serán utilizadas. Este fenómeno causa el crecimiento acelerado de las empresas tecnológicas, a costa de una “hipoteca a futuro” que se desploma cuando al final del ejercicio fiscal, dichas “ventas” son difíciles de justificar y la organización entra en una proceso de negociaciones imprudentes que generan crisis de las cuales casi nunca logran recuperarse. Recordemos Oracle en 1991, cuando el gigante de las bases de datos casi se desploma al no cubrir las expectativas de los analistas de wall street.
El mundo de la tecnología ha madurado muchísimo en la última década. Tecnologías emergentes como la nube, la movilidad y las redes sociales, todas relativamente nuevas, han conducido a un mejor equilibrio en el sector informático y de las telecomunicaciones. El internet es ahora un producto estable y de calidad, que ha hecho posible las direcciones de ASP, como Salesforce.com, pero también ha permitido a los fabricantes de hardware monitorear sus servidores y desarrollar nuevos modelos de negocios donde cobran a sus clientes sobre una base aproximada del promedio del uso de recursos informáticos por mes.
Con el amplio despliegue y la masificación de los servicios web, y en la medida que los centros de datos se automaticen y sean accesibles a través de la nube, la informática tal y como la conocemos se convertirá en un servicio público. La nube que ahora hace accesible y permite compartir recursos informáticos a cualquier nivel dentro de las organizaciones, también permitirá la utilización de recursos bajo un modelo de demanda, esto es decir, pagar por lo que realmente se necesite o utilice. Ya no será necesario operar nuestros propios servidores especializados, ni construir nuestras “propias plantas eléctricas”. Probablemente todo el software que necesitemos estará contenido en una suerte de API accesible ON DEMAND.